viernes, 26 de febrero de 2016

Manual de la mujer inteligente:


  1. Mande a todos a la verga.
  2. No mande mensajes ni stalkee al sujeto en cuestión.
  3. Báñese, aunque se quiera quedar en cama, métase a bañar.
  4. Use única y exclusivamente rímel en base agua, para cuando sienta ganas de llorar lo piense dos veces.
  5. Salga de su casa, no importa si no tiene a quien visitar. Agarre al perro y salga. ¿No tiene perro?, agarre un libro y diríjase al parque más cercano.
  6. Sonría, nadie quiere estar con una persona con cara de amargada.
  7. Hágase el amor. Usted solita, en su cuarto, con o sin estímulo. Las sonrisas más bellas se muestran cuando uno está satisfecha.
  8. Coma, bien y copioso. Consiéntase. Un antojo no matará a nadie. Las dietas están hechas para romperse una vez al mes. 
  9. Quiérase, suena fácil, ya sé.Mírese en el espejo con respeto y serenidad... Si no tiene nada agradable que decirse permanezca en silencio, si no aprende a respetar su sobrepeso, su estatura, el tamaño de su busto, sus estrías y celulitis, es fácil que alguien pueda herirla en su intimidad.
  10. Recuerde que todo esto pasará, nada dura para siempre. Deje salir sus lágrimas, pero no se regodee en su dolor. 
Ya mañana puede volver a comenzar.

lunes, 22 de febrero de 2016

SANTAS, VÍRGENES Y BERRACAS.

Desde siempre, a las mujeres se nos quiere imponer un modelo de conducta a seguir, se sobrepone la familia al individuo, es mucho más importante mantener el núcleo familiar unido, aunque los derechos y la individualidad de la mujer se diluya en ese propósito.
La mujer deja de “existir”, se convierte en una herramienta de cohesión, en el pegamento de las partes del rompecabezas, que muchas veces se sienten en libertad de vivir su vida cada uno a su antojo, porque saben que disfrutan de ese amortiguador que va a aguantar cualquier cosa y que solucionará cualquier problema.
Esa fue la sensación que tuve al escuchar la entrevista que le brindaron a Blu Radio (Colombia), el exviceministro Ferro y su abnegada mujer. Se necesitaba un lavado de cara automático, algo que rompiera con todos los esquemas y desviara la atención del caso , que le diera la vuelta a la tortilla, convirtiendo a los acusados en víctimas, y por la reacción de los periodistas, lo consiguieron.
¿Usted sabía que su mujer era tan berraca? preguntó uno de ellos dejándose llevar por la fascinación de ver actuar a un ser humano como un robot, hundido por una noticia sacada del ámbito privado y expuesta de manera brutal, viral, en el ámbito público.
Mis queridos amigos, eso no es ser berraca*, es ser el triste títere, libreto en mano, de las circunstancias que le rodean. Me atrevo a opinar sobre el tema, porque no habían pasado 3 días de haber sido publicado el odioso vídeo, cuando los protagonistas se ponían de nuevo en la palestra pública, para contarnos a todos que doña Marcela le perdonaba a su marido casi de manera instantánea, no un desliz, no una duda en su vida sexual. Le perdonaba una confesión de toda una vida de mentiras. Nosotros los oyentes, no habíamos terminado de asimilar el vídeo, sus consecuencias, los por qués, las frases, las medidas… Y doña Marcela, ya había perdonado y rehecho su vida, sin titubear, sin que le temblara la voz, sin soltarle la mano a su marido.
O ya lo sabía de antes y este duelo ya estaba hecho. O este es uno de esos tantos matrimonios de conveniencias en dónde la mujer se anula dentro del núcleo familiar, descarga toda la parte económica en el “hombre de la casa” y cuando la cosa no funciona, se enfrenta a perderlo todo, ella y sus hijos.
Nuestra sociedad colombiana es tan machista, tan enferma de consumismo y apariencia, que se cree que una mujer es berraca por aguantar lo inaguantable, lo que nadie se plantea para su vida, pero ella es berraca porque lo hace por sus hijos, ni siquiera por ella, porque ella ya dejó de existir hace mucho tiempo.
Sin embargo, si se hubiera publicado un vídeo de una mujer que coquetea con otra y que confiesa que lo ha hecho con muchas, desde hace muchos años, con detalles tan íntimos como los que se rebelan en este. Su marido para ser berraco tiene que dejarla, porque si la perdona es “un huevón”, por otro lado si la perdona, lo hará en privado.
Mientras las mujeres no se empoderen a ellas mismas, se reconozcan como seres independientes, dignos de tener vida propia, sentimientos, metas, dudas, carreras, igualdad de derechos, mientras no aceptemos que no somos perfectas, ni santas, ni mártires, ni heroínas, ni culpables de todo.
Mientras no se reconozcan los derechos de los gays,  se ponga como requisito que un hombre político tenga que ser  un hombre de familia, cristiano o católico, perfecto, de “intachable” conducta. Seguiremos viendo estos lamentables espectáculos en los medios colombianos, alentados por el rating.

viernes, 19 de febrero de 2016

Enamórate de una loca

Enamórate de una loca, una en la que no haya una pizca de cordura, una de verdad, de las que una vez que te atrapan es imposible poderte alejar.

Una loca de remate…
De esas que hacen todo hasta lo más bobo por conquistarte.
De las que nunca dejan de sorprenderte. Que cuando creas que ha hecho lo peor, en realidad lo peor está por venir más adelante.
Una loca de las que ríen y su risa se escucha a tres cuadras. De las que lloran con una película romántica. Esas de la que el diablo se esconde cuando ha de andar enojada.
Una que sea mala cantando pero que frente a ti lo haga sin pudor y que incluso le ponga sentimiento a cualquier estilo de canción. Que te incite a que tú cantes también sin importar el ridículo papel que han de hacer.
Una pésima comediante que cuente los chistes al revés o peor aún, que reía antes de terminar de contarlos y que aun así no puedas evitar el sonreír.
Una que suela contradecirte. Que sepa defender su punto de vista la hace más interesante.

Una loca desquiciante…

Que te llene el hígado de piedras. Que sus cambios de humor te enloquezcan. De esas delirantes que saben cómo y con qué hacerte enfurecer. Esas que disfrutan el tocar tus puntos débiles hasta hacerte morir de coraje y te hacen estallar en cólera y aunque a veces desees el matarle, lo único que consiguen es que llegues a amarle.
Una a la que no le sepas sus múltiples reacciones. Que te deje boquiabierta con sus distintas personalidades. Que sea sencilla, humilde, abierta y sobre todo directa. De esas inmaduras poco tolerables. Una que llore, que grite, que baile y que cante. Una mujer con carácter. De esas que te celan, te pelean y que saben cómo reconciliarte.
De esas que hablan hasta por los codos. Que te ahogan con empalagos. Una pervertida que te provoque en momentos inesperados. Que se muestra como es sin importarle. Que entrega el corazón completo, consiente que puedes lastimarle.
Una loca sin límites. Intensa. De esas que te hacen perder la noción del espacio y tiempo. Que no le importa hacer el ridículo con tal de verte feliz, incluso en los peores momentos. Una que no dice más que la verdad. Que la sinceridad es su arma más letal. Una que no te soltará al caminar, que sin importar cuán difícil se torne el camino, ella luchará hasta verte apaciguar.
Una loca no querrá más que tu bienestar y felicidad. Ella se entrega plena y completamente a la hora de amar.

martes, 16 de febrero de 2016

"Perdona que te desilusione, que no sea la chica que puede conformarse, pero es que me enseñaron a defender mi esencia, a ser responsable de mis decisiones, a no debilitarme por los complejos, tienes que saber que no soy de las que tienen miedo, de las que saben callar, no tengo empacho en ser quien soy, esta es mi manera de ser, mi forma de actuar, así, sincera, real. Puedes ver que no me cuesta conseguir lo que quiero, que sé a la perfección cual es mi rumbo, a donde quiero llegar, perdona pero lo cierto es que no necesito de un príncipe que me venga a rescatar, la verdad es que no hay nada que me pare, que me imposibilite para lograr lo que quiero lograr"


jueves, 11 de febrero de 2016

Regreso


Hace años no publico en este blog, mi ocupaciones académicas me mantuvieron alejada de algo que me encanta, además de liberarme como lo es escribir, ya sea para criticar, apoyar o simplemente para desahogarme de lo asfixiante que puede ser la realidad en la que actualmente vivo. Pero he decidido que retomaré este habito, no sólo por publicar, sino porque de vez en cuando es necesario plasmar en palabras, opiniones, pensamientos y hasta uno que otro sentimiento.


Estoy a punto de culminar mis estudios en Comunicación social y periodismo, como dice un amigo "Estoy en el ocaso de mi carrera universitaria", yo digo lo mismo sólo que no tan cursi. Tengo muchos planes, como estudiar fotografía en el exterior, también espero estudiar diseño de modas y derecho. Por tal motivo quiero que mis palabras sean leídas y aunque no a todos les gustara por la forma tan cruda en que digo las cosas, se supone que vivo en un país en el que existe la libre expresión (aunque realmente lo dudo).


¡Basta ya!

Es delirante cuando un periodista o comunicador se encuentra con frases como: ¡usted estudia eso tan fácil! ¿Fácil? ¡Por Dios! La comunicación tiene de todo menos facilismo, eso es un chisme de pasillo que alguien se inventó, otro lo divulgó y que lamentablemente el mundo creyó. Si cree que es tan fácil, ¡estúdielo!

No me cabe en la cabeza cómo personas que ni siquiera se han asomado por el mundo del periodismo pueden asegurar que es una carrera para los que les gusta el chisme o para “modelitos de televisión”, este es uno de los muchos estereotipos que giran en torno a la carrera de comunicación social, pero aquellos que la estudian pueden dar fe de que no es así, que la sociedad no tiene ni idea de la cantidad de carga tanto académica como social que se lleva en los hombros por el simple hecho de estudiar esta profesión “tan fácil”.

Ser periodista no es ser chismoso, modelo, o paparazi, es ser apasionado y entregado. Así como un ingeniero no puede saber cómo es estar en los zapatos de un carpintero, un abogado no puede saber cómo es estar en los de un comunicador. La carrera de periodismo no es un juego de niños, solo pueden hablar de ella con razón los que la conocen, la estudian o la viven de cerca.

Si no estás enamorado del periodismo, si lo vas a estudiar porque no tiene números o porque crees que eres bueno escribiendo o expresándote, te digo de corazón que mejor no lo estudies, porque como decía Ryszard Kapuscinski, “los cínicos no sirven para este oficio”.

Es difícil cambiar la perspectiva que tienen las personas acerca del periodismo o la comunicación, los imaginarios y prototipos que giran en torno a esta profesión no son teorías de hace unos días, me atrevería a decir que nacieron casi al mismo tiempo que esta, pero esto podría estar relacionado con el hecho de que muchas personas creen que los paparazis son comunicadores o que todas las presentadoras son periodistas; para estar detrás de algo o alguien todo el tiempo tomándole fotos no es necesario estudiar cinco años en una universidad, eso lo hacen aficionados, y para pararse frente a una cámara a decir cosas con una sonrisa en la cara no se necesita saber de periodismo, eso se puede estudiar en una academia en tres meses.

Es triste ver en el mundo del periodismo cómo personas que dicen cualquier cosa en algún medio de comunicación son consideradas periodistas por el simple hecho de hablar o escribir sobre el tema y que se les conceda este título sin ningún tipo de estudios. Me gustaría que la gente supiera por todo lo que tiene que pasar un periodista para que la información pueda llegar a las manos de ellos diariamente, ojalá la mayoría de las personas entendieran que los periodistas no solo informamos, también comunicamos, y que por fin comprendan que no somos chismosos, somos el puente entre la información y la sociedad.