jueves, 11 de febrero de 2016

Regreso


Hace años no publico en este blog, mi ocupaciones académicas me mantuvieron alejada de algo que me encanta, además de liberarme como lo es escribir, ya sea para criticar, apoyar o simplemente para desahogarme de lo asfixiante que puede ser la realidad en la que actualmente vivo. Pero he decidido que retomaré este habito, no sólo por publicar, sino porque de vez en cuando es necesario plasmar en palabras, opiniones, pensamientos y hasta uno que otro sentimiento.


Estoy a punto de culminar mis estudios en Comunicación social y periodismo, como dice un amigo "Estoy en el ocaso de mi carrera universitaria", yo digo lo mismo sólo que no tan cursi. Tengo muchos planes, como estudiar fotografía en el exterior, también espero estudiar diseño de modas y derecho. Por tal motivo quiero que mis palabras sean leídas y aunque no a todos les gustara por la forma tan cruda en que digo las cosas, se supone que vivo en un país en el que existe la libre expresión (aunque realmente lo dudo).


¡Basta ya!

Es delirante cuando un periodista o comunicador se encuentra con frases como: ¡usted estudia eso tan fácil! ¿Fácil? ¡Por Dios! La comunicación tiene de todo menos facilismo, eso es un chisme de pasillo que alguien se inventó, otro lo divulgó y que lamentablemente el mundo creyó. Si cree que es tan fácil, ¡estúdielo!

No me cabe en la cabeza cómo personas que ni siquiera se han asomado por el mundo del periodismo pueden asegurar que es una carrera para los que les gusta el chisme o para “modelitos de televisión”, este es uno de los muchos estereotipos que giran en torno a la carrera de comunicación social, pero aquellos que la estudian pueden dar fe de que no es así, que la sociedad no tiene ni idea de la cantidad de carga tanto académica como social que se lleva en los hombros por el simple hecho de estudiar esta profesión “tan fácil”.

Ser periodista no es ser chismoso, modelo, o paparazi, es ser apasionado y entregado. Así como un ingeniero no puede saber cómo es estar en los zapatos de un carpintero, un abogado no puede saber cómo es estar en los de un comunicador. La carrera de periodismo no es un juego de niños, solo pueden hablar de ella con razón los que la conocen, la estudian o la viven de cerca.

Si no estás enamorado del periodismo, si lo vas a estudiar porque no tiene números o porque crees que eres bueno escribiendo o expresándote, te digo de corazón que mejor no lo estudies, porque como decía Ryszard Kapuscinski, “los cínicos no sirven para este oficio”.

Es difícil cambiar la perspectiva que tienen las personas acerca del periodismo o la comunicación, los imaginarios y prototipos que giran en torno a esta profesión no son teorías de hace unos días, me atrevería a decir que nacieron casi al mismo tiempo que esta, pero esto podría estar relacionado con el hecho de que muchas personas creen que los paparazis son comunicadores o que todas las presentadoras son periodistas; para estar detrás de algo o alguien todo el tiempo tomándole fotos no es necesario estudiar cinco años en una universidad, eso lo hacen aficionados, y para pararse frente a una cámara a decir cosas con una sonrisa en la cara no se necesita saber de periodismo, eso se puede estudiar en una academia en tres meses.

Es triste ver en el mundo del periodismo cómo personas que dicen cualquier cosa en algún medio de comunicación son consideradas periodistas por el simple hecho de hablar o escribir sobre el tema y que se les conceda este título sin ningún tipo de estudios. Me gustaría que la gente supiera por todo lo que tiene que pasar un periodista para que la información pueda llegar a las manos de ellos diariamente, ojalá la mayoría de las personas entendieran que los periodistas no solo informamos, también comunicamos, y que por fin comprendan que no somos chismosos, somos el puente entre la información y la sociedad.



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